domingo, 29 de diciembre de 2013

la empresa VINSA

Vinsa - CGA Aeropuerto Barajas: Despotismo Laboral
En épocas de crisis como ésta –que a todas luces también se trata de una crisis moral-, uno se da cuenta que vivimos rodeados por déspotas que, para más inri, viven sumidos en un estado de necedad permanente.

No obstante, lo interesante para quienes tenemos que sufrir esa especie de… ¿cómo llamarlo?...”despotismo laboral”, es quizás tratar de indagar qué nació primero: si el ser déspota o el ser necio. O si el déspota, al ser aupado por la dirección de la empresa (además con licencia para matar, laboralmente entendido), ha perdido toda prudencia, todo recato, y no le importa ya que su necedad se muestre al mundo en plaza pública: ¿Qué va a pasarme a mí, el “elegido”, si me paso con mis subordinados? Nada de nada… ¿A mí? Vamos, vamos, hombre.

Así es como toda una banda de jefes de servicios, coordinadores, inspectores, jefes de equipo y un largo etc. – porque sujetos no faltan—pisotean nuestros cráneos, día sí y otro también, sin que les afecte en lo más mínimo, la vergüenza ajena que sus despropósitos nos provocan.

Desde luego, sujetos y casos no faltan. Por ejemplo el de Soledad, compañera de la CGA del aeropuerto de Barajas. Veréis: el pasado mes de Noviembre, esta trabajadora inicia el servicio a las 7:30 a pesar de encontrarse un poco indispuesta.

En el transcurso de la mañana continua indispuesta empeorando con el paso de las horas, y lo que en un principio era malestar general y una ligera taquicardia se convirtió en fuertes palpitaciones, profundo dolor en el pecho y escalofríos. Por este motivo llama por teléfono al Coordinador de Servicios CGA, D. José Manuel Mateos, para solicitar un relevo y acudir a su médico.

Posteriormente a la llamada, la compañera continúo trabajando a la espera de que se gestionara un relevo, sin embargo, pasa el tiempo y como no se presenta nadie a relevarla, nuevamente llama al Sr. Mateos para informarle que se encontraba peor y que necesitaba acudir al médico “Le hice hincapié en que me encontraba mal, que estaba asustada y muy preocupada por mi estado de salud, que sentía que se me salía el corazón y el dolor en el pecho era muy intenso, a lo que él respondió que “no será tanto lo que te pasa”. Seguidamente le solicite, si era posible que personal de Vinsa, me llevara al Centro de Salud y el Sr. Mateos me dijo que “no, nadie te va a llevar”. Entonces, le dije que solicitaría asistencia médica del servicio médico aeroportuario para que me fueran valorando, puesto que en realidad no sabía si iba a ser capaz de llegar por mi propio pie a ningún sitio, y el Sr Mateos me dijo que “no vas a llamar al servicio médico del aeropuerto”, “como mucho vas tú al botiquín” y “ si quieres te acompaña alguien “. “

En vista de la falta de disposición del Coordinador de la CGA para que recibiera atención médica, la compañera incluso llama a las oficinas de Avda. de Burgos para hablar con el Jefe de Servicios, Tomás Raez. “… la persona del Centro de Control me dice que el Jefe de servicios le ha solicitado que me informe que no me puede atender, que me remita al coordinador del aeropuerto que él me dará la solución, que haga lo que él me indique”.

Encontrándose ya muy mal, la compañera solicita al Coordinador de AENA en servicio y a la Policía en la sala CGA el poder dirigirse al botiquín de la T4, quienes acceden inmediatamente. Pero, debido a su estado “cerca del torno de empleados de la planta +1 de T4 camino del botiquín, no fui capaz de continuar por mi propio pie, y por este motivo me socorrió personal del aeropuerto de diferentes departamentos que estaban en la zona”

Después de ser atendida por el personal del Servicio Médico de Aena, además de derivarla al médico de atención primaria, el facultativo le indica al Sr Mateos que la vigilante no estaba en condiciones de trabajar, ni de conducir, ni de hacer un viaje sola en transporte público, y que debían llevarla al centro de salud, con lo que, finalmente, al Coordinador no le quedó otra que trasladar a Soledad en un vehículo de VINSA.

Como veis, un claro caso de “despotismo laboral” llevado a su máxima expresión : “si no se me autorizaba a ausentarme de mi puesto de trabajo para acudir al médico, podría ser sancionada por abandono del puesto de trabajo, sumado al desentendimiento por parte de mis superiores, de mi estado de salud, llegando a hacer valoraciones del mismo y prohibirme que pida asistencia médica en el puesto de trabajo, me hizo sentir impotente, desprotegida, desamparada completamente, provocándome un estado de nervios que desencadenó una crisis de ansiedad”

Evidentemente, de todo estos hechos se ha dado traslado a la dirección de VINSA mediante un escrito… un documento a conservar, sin duda, porque a lo largo del breve texto se desgranan las principales, digamos, “responsabilidades”, asociadas al cargo. Sobre todo, hay una pregunta en el aire ¿cómo se eligen ciertos cargos?... ¿Basta acreditar conocimientos sobre la materia? ¿Tener algún bagaje intelectual? ¿Dotes de comunicación para optar al puesto?...

La pelota está en el tejado de la gerencia de Madrid, cuyo trabajo consiste, precisamente, en evaluar la situación y prever planes ante los contratiempos más comunes de su plantilla. Que los problemas no hallen una solución a fin de proteger a los trabajadores convierte, a más de uno, en un jefe incompetente. Pero, ya sabéis lo que reza el proverbio: Cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo. Dicho esto ya sabéis con quien nos jugamos las lentejas…

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