Vinsa - CGA Aeropuerto Barajas: Despotismo Laboral
En épocas de crisis como ésta –que a todas luces también se trata de
una crisis moral-, uno se da cuenta que vivimos rodeados por déspotas
que, para más inri, viven sumidos en un estado de necedad permanente.
No obstante, lo interesante para quienes tenemos que sufrir esa especie
de… ¿cómo llamarlo?...”despotismo laboral”, es quizás tratar de indagar
qué nació primero: si el ser déspota o el ser necio. O si el déspota,
al ser aupado por la dirección de la empresa (además con licencia para
matar, laboralmente entendido), ha perdido toda prudencia, todo recato, y
no le importa ya que su necedad se muestre al mundo en plaza pública:
¿Qué va a pasarme a mí, el “elegido”, si me paso con mis subordinados?
Nada de nada… ¿A mí? Vamos, vamos, hombre.
Así es como toda una
banda de jefes de servicios, coordinadores, inspectores, jefes de
equipo y un largo etc. – porque sujetos no faltan—pisotean nuestros
cráneos, día sí y otro también, sin que les afecte en lo más mínimo, la
vergüenza ajena que sus despropósitos nos provocan.
Desde
luego, sujetos y casos no faltan. Por ejemplo el de Soledad, compañera
de la CGA del aeropuerto de Barajas. Veréis: el pasado mes de
Noviembre, esta trabajadora inicia el servicio a las 7:30 a pesar de
encontrarse un poco indispuesta.
En el transcurso de la mañana
continua indispuesta empeorando con el paso de las horas, y lo que en un
principio era malestar general y una ligera taquicardia se convirtió en
fuertes palpitaciones, profundo dolor en el pecho y escalofríos. Por
este motivo llama por teléfono al Coordinador de Servicios CGA, D. José
Manuel Mateos, para solicitar un relevo y acudir a su médico.
Posteriormente a la llamada, la compañera continúo trabajando a la
espera de que se gestionara un relevo, sin embargo, pasa el tiempo y
como no se presenta nadie a relevarla, nuevamente llama al Sr. Mateos
para informarle que se encontraba peor y que necesitaba acudir al médico
“Le hice hincapié en que me encontraba mal, que estaba asustada y muy
preocupada por mi estado de salud, que sentía que se me salía el corazón
y el dolor en el pecho era muy intenso, a lo que él respondió que “no
será tanto lo que te pasa”. Seguidamente le solicite, si era posible que
personal de Vinsa, me llevara al Centro de Salud y el Sr. Mateos me
dijo que “no, nadie te va a llevar”. Entonces, le dije que solicitaría
asistencia médica del servicio médico aeroportuario para que me fueran
valorando, puesto que en realidad no sabía si iba a ser capaz de llegar
por mi propio pie a ningún sitio, y el Sr Mateos me dijo que “no vas a
llamar al servicio médico del aeropuerto”, “como mucho vas tú al
botiquín” y “ si quieres te acompaña alguien “. “
En vista de
la falta de disposición del Coordinador de la CGA para que recibiera
atención médica, la compañera incluso llama a las oficinas de Avda. de
Burgos para hablar con el Jefe de Servicios, Tomás Raez. “… la persona
del Centro de Control me dice que el Jefe de servicios le ha solicitado
que me informe que no me puede atender, que me remita al coordinador del
aeropuerto que él me dará la solución, que haga lo que él me indique”.
Encontrándose ya muy mal, la compañera solicita al Coordinador de AENA
en servicio y a la Policía en la sala CGA el poder dirigirse al botiquín
de la T4, quienes acceden inmediatamente. Pero, debido a su estado
“cerca del torno de empleados de la planta +1 de T4 camino del botiquín,
no fui capaz de continuar por mi propio pie, y por este motivo me
socorrió personal del aeropuerto de diferentes departamentos que estaban
en la zona”
Después de ser atendida por el personal del
Servicio Médico de Aena, además de derivarla al médico de atención
primaria, el facultativo le indica al Sr Mateos que la vigilante no
estaba en condiciones de trabajar, ni de conducir, ni de hacer un viaje
sola en transporte público, y que debían llevarla al centro de salud,
con lo que, finalmente, al Coordinador no le quedó otra que trasladar a
Soledad en un vehículo de VINSA.
Como veis, un claro caso de
“despotismo laboral” llevado a su máxima expresión : “si no se me
autorizaba a ausentarme de mi puesto de trabajo para acudir al médico,
podría ser sancionada por abandono del puesto de trabajo, sumado al
desentendimiento por parte de mis superiores, de mi estado de salud,
llegando a hacer valoraciones del mismo y prohibirme que pida asistencia
médica en el puesto de trabajo, me hizo sentir impotente, desprotegida,
desamparada completamente, provocándome un estado de nervios que
desencadenó una crisis de ansiedad”
Evidentemente, de todo
estos hechos se ha dado traslado a la dirección de VINSA mediante un
escrito… un documento a conservar, sin duda, porque a lo largo del breve
texto se desgranan las principales, digamos, “responsabilidades”,
asociadas al cargo. Sobre todo, hay una pregunta en el aire ¿cómo se
eligen ciertos cargos?... ¿Basta acreditar conocimientos sobre la
materia? ¿Tener algún bagaje intelectual? ¿Dotes de comunicación para
optar al puesto?...
La pelota está en el tejado de la gerencia
de Madrid, cuyo trabajo consiste, precisamente, en evaluar la situación y
prever planes ante los contratiempos más comunes de su plantilla. Que
los problemas no hallen una solución a fin de proteger a los
trabajadores convierte, a más de uno, en un jefe incompetente. Pero, ya
sabéis lo que reza el proverbio: Cuando el sabio señala la luna, el
necio mira el dedo. Dicho esto ya sabéis con quien nos jugamos las
lentejas…
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